En los últimos años, se ha generalizado la apuesta de países y organismos internacionales como instrumento de desarrollo económico, a pesar de que cada vez son mayores las críticas que ponen en entredicho esta relación positiva. Entre los argumentos más utilizados en este debate se incluye la vulnerabilidad del comercio exterior de muchos países en desarrollo y las deficiencias de sus sistemas fiscales, que limitan, cuando no impiden, que el crecimiento turístico genere los efectos deseados en la mejora de las condiciones de vida de estos países.
El objetivo de este trabajo es identificar si la generación de divisas y la capacidad de recaudación fiscal de un país deben considerarse como factores clave que condicionan la contribución del crecimiento turístico a un incremento del nivel de progreso de los países receptores de turismo internacional.